Rock al parque siempre ha sido la misma historia para los
asistentes ya que desde el momento de dar a conocer los seleccionados para las
eliminatorias ya se empiezan a escuchar molestos comentarios sobre roscas y demás.
Ahora bien, el clímax llega a su punto máximo cuando se publica las bandas que
serían invitadas al festival y las cuales les fue otorgado el derecho de presentarse
luego de una calificación frente a un jurado.
Últimamente se ha hablado de ‘diversidad’, pero para un cierto tipo de 'metalero' (ojo, no todos) que espera ver por enésima vez a Kraken, y que quizá del metal colombiano
solo ha escuchado muy poco, ofrecerle ir el domingo a ver a ‘Dub Incorparation’
o ‘Profetas’ no le será muy agradable y como su aspecto debe concordar con su
pensamiento lo primera que dirá tendrá
tendencia a reprochar cualquier otro género musical diferente a una guitarra
distorsionada y algún atuendo de cuero. La ‘diversidad’ en los seguidores de
los géneros pesados (hablando relativamente de rock o metal) está muy alejada
de sus gustos y lo que ignoran es que en el primer Rock al parque tocaron, por
ejemplo, La derecha y las 1280 Almas, que están bien lejos de su atracción
musical siendo bandas reconocidas a nivel local y con calidad y respeto que
muchas desean tener. En la cabeza no les
cabe algo diferente, así como a los punkeros quienes con su imagen hostil
también tienen un espacio este año con bandas como Chite y Siniestro Total.
Entonces luego de ver el panorama desde el lado del público,
pasemos al escenario interno en el que
encontramos una selección que a veces sorprende para bien y para mal, presenciar
bandas que han hecho parte del cartel una o varias veces en años anteriores y que
más de uno pensaría en que deberían darle espacio a otras que no lo han hecho.
Pero esperemos un momento porque hemos tocado un tema jugoso, ¿acaso no hay más
bandas que tengan un nivel igual o mejor a las que se presentan y pasan? Si, es
totalmente cierto, si vemos las bandas que ya se presentaron años atrás y están
de nuevo bien sea por eliminatorias o porque las invitaron, es porque tienen
público, porque se mueven localmente, porque innovan en sonidos, porque están
dispuestos a jugársela cien veces si es necesario, porque estudian, porque
trabajan para lograr éxitos como presentarse una, dos, tres y hasta más veces en
las tarimas del Simón Bolívar.
Todos admiramos festivales como Hellfest, Wacken, Rock in
Rio, Warped tour, Summer Slaughter, y a cuestión es fácil, si queremos ver a
una banda que se presenta en uno de ellos, pues vayamos a los conciertos
privados que se realizan en cada ciudad cada mes, cada semana, cada fin de
semana, o se nos olvida cuántas bandas han venido este año? Siempre será
necesario invitar a una persona a pagar por un concierto, en donde el costo
implica un pasaje aéreo, un hotel, un sonido, una logística, etc. La calidad en
conciertos en Bogotá a mejorado, no es un misterio, es claro también los ‘descaches’
en algunos por x o y razones, que a veces no tienen que ver con el artista. Y el
mismo Rock al Parque ha hecho parte de estos cambios positivos o antes cuánto
teníamos que esperar para que el festival comenzara y una banda tocará a la
hora inicialmente planteada.
Rock al parque nunca será fácil para ninguno, por nuestra
parte esperamos que este año esté lleno de mucha energía, metal, rock, reggae,
hardcore, punk, blues, en fin. Que no hayan altercados (violencia diferente a
un pogo bien criminal, como lo decía ‘Odio a Botero’), que hayan más y más
críticas, el público es muy diferente y tiene todo el derecho de serlo, de la
misma manera, tiene todo el deber de no ver la banda que no le gusta y punto, créanos
que será feliz y hará más feliz al que si la quiera ver. El Simón Bolívar
espera a los que realmente quieran presenciar una buena presentación, de lo
contrario sintonice Canal Capital o algún streaming en internet y critique
desde su casa como lo haremos nosotros cuando esté en tarima Charly Garcia,
tranquilos ‘The Castles’ ya no estará y con sin sabores o no, llegó Rock al
Parque insignia de Bogotá.
Fabián D3
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